Un día como hoy, en 1935, se estrenó en el mítico (y desaparecido en el terremoto de 1985) Cine Regis La novia de Frankenstein, de James Whale, un cineasta que desafió las normas de su época.

Si en Frankenstein (1931) Whale ya mostraba un discurso anti-conservador, sutil pero firme, con esta secuela les dio un golpe directo a los valores republicanos homofóbicos que dominaban Estados Unidos. La película, cargada de erotismo tanto heterosexual como homosexual - recordemos que la "novia" era en realidad pareja de la Criatura, no del doctor -, se convirtió en un ataque velado pero contundente contra la moral puritana de Hollywood, donde aparentar ser heterosexual era obligatorio.

Este filme es un documento esencial: funciona como ejemplo de cine transgresor contra las "buenas costumbres" y como muestra temprana de cine progresista comercial. Whale retomó el erotismo sugerido en Freaks y Drácula (ambas de Tod Browning) pero lo llevó más lejos. Con El hombre invisible, Frankenstein y especialmente La novia, este director abiertamente gay les restregó en la cara a los conservadores su doble moral, de forma tan inteligente que logró burlar a los censores. 

La sátira y crítica social en La novia... no son solo sub-textuales: hay secuencias donde son evidentes. Para entender mejor este contexto, recomiendo ver Gods & Monsters (1998) de Bill Condon, donde Ian McKellen interpreta magistralmente a Whale, mostrando su vida en un Hollywood hipócrita y explorando las misteriosas circunstancias de su muerte en 1940.

La novia de Frankenstein es más que un clásico de terror: es un manifiesto sobre libertad de ser, opresión de género y amor sin etiquetas. Una joya cinematográfica que combate la represión con inteligencia, audacia y arte. Un golpe directo a la sociedad de doble moral. 

¡Grande James Whale! ¡Inolvidable Elsa Lanchester!