Leonora: Una pragmática y reduccionista monografía

POR: JOSÉ LUIS SALAZAR

31-08-2025 19:10:18

Leonora: Una pragmática y reduccionista monografía


Basada en la novela histórica Leonora in the Morning Light, de Michaela Carter, que recorre la vida de la afamada pintora y escritora mexico-británica Leonora Carrington, la película Leonora, de los debutantes Lena Vurma y Thor Klein, se presentó en el pasado Festival Internacional de Cine en Guadalajara donde cual lista de supermercado enlistaron los acontecimientos que la orillaron a exiliarse en México. La visión de un par de directores primerizos que no ven más posibilidades en la imagen en pantalla que una representación audiovisual de una monografía de papelería.

Contrario a lo que podría creerse, hay muy pocos textos en torno a la relación de Leonora Carrington con el cine. Ella misma se declaraba una evasora de los medios y en una entrevista realizada en 2004 por la periodista Silvia Cherem declaró "Nunca me ha gustado desnudarme como si fuera estrella de Playboy y mucho menos a los 86 años". Sin embargo, ella fue una parte vital de la producción cultural de nuestro país y parte de ello fue su aporte a la filmografía nacional.


En 1965 a su regreso a México Felipe Cazals hace su debut con una serie de cortometrajes realizados por encargo de Manuel Michel, productor de un programa titulado La hora de las Bellas Artes, donde entre algunos dedicados a la carrera y obra de Mariana Alcoforado, León Felipe y Alfonso Reyes presenta Leonora Carrington o el sortilegio irónico, con guion de Julio Cortázar y Carlos Fuentes y con el que se haría del premio a mejor cortometraje en el Festival Internacional de Cortometrajes de Sao Paulo.


Ese mismo año, Carrington actuaba en dos largometrajes, Un alma pura, de Juan Ibáñez y En este pueblo no hay ladrones, de Alberto Isaac. Ambas  compitieron en el mítico Primer Concurso de Cine Experimental del Grupo Nuevo Cine convocado por la Sección de Técnicos y Manuales del STPC. Junto a ellos obras como En el balcón vacío, de Jomi García Scott, En el parque hondo, de Salomón Laiter, La sunamita de Héctor Mendoza, Tarde de agosto de Manuel Michel, La fórmula secreta de Rubén Gámez o Encuentro de Sergio Véjar. 


La de Ibáñez influenciada por la Nouvelle Vague sigue a dos hermanos perseguidos por la culpa de sus deseos incestuosos y que se complementa con Tajimara, de Juan José Gurrola conformando un largometraje de dos capítulos producido por Manuel Barbachano Ponce y con fotografía de Gabriel Figueroa titulado Los bienamados. En ella está todo el ecosistema cultural de la época; Carlos Fuentes en guion, Julián Pastor, Bertha Navarro y Jorge Fons como asistentes de dirección y en los protagónicos Pilar Pellicer, Beatriz Sheridan, la diseñadora de moda Pixie Hopkins, el posteriormente consolidado como antagónico televisivo Enrique Rocha y Carrington que tiene una aparición breve como una madre profundamente conservadora.


Leonora: Una pragmática y reduccionista monografía


La de Isaac, ganadora del Leopardo de Plata del Festival Internacional de Cine de Locarno, trae consigo una amplia participación de figuras prominentes de las artes mexicanas y algunas que se volverían con el pasar de los años como Alfonso Arau, José Luis Cuevas, Emilio García Riera, Ernesto García Cabral, Lucero Isaac, María Luisa Mendoza, Carlos Monsiváis, Blanca Estela Salazar, Juan Rulfo, Julián Pastor, Arturo Ripstein, Rocío Sagaón, Luis Buñuel y un, en ese entonces, no tan conocido Gabriel García Márquez, autor del cuento homónimo dentro de su colección Los funerales de la Mamá Grande, en el que se basa la película. Carrington es un nombre dentro de los muchos mencionados que aparecen en el largometraje, en su caso como una devota viuda.


En ambos, Carrington satiriza el puritanismo de la época y encarna a personajes opositores a las ideas que ella profesaba. Ella se encontraba en medio de la efervescencia cinematográfica al momento de adentrarse en dichas producciones; 3 años después a Alberto Isaac se le encomienda Olimpiada en México donde Felipe Cazals asiste en dirección y consiguen la nominación al Oscar, se funda el grupo Cine Independiente de México por iniciativa de Arturo Ripstein tras el tijerazo institucional a su adaptación de Los recuerdos del porvenir y se filma El grito, de Leobardo López Arretche.


Cercana a la vanguardia cinematográfica de la época, en la década de los 70´s con la disolución del grupo Nuevo Cine Carrington trabajó con un inigualable como Juan López Moctezuma, famoso por buscar hacer orgías en el cerro para sus rodajes y al que le sobreviven tanto leyendas de sets en fuego como muestras de afecto de un fiel público. Antes de que su nombre quedará inmortalizado con Alucarda y que dirigiera el giallo mexicano por excelencia Mary Mary Bloody Mary, con Carrington como su diseñadora de vestuario y escenografía filmó La mansión de la locura en 1973. 


Ahí sobrevive todo un imaginario fílmico que se entremezcla con su obra pictórica y que, no dudo, haya inspirado películas como La montaña sagrada o Santa Sangre, de Alejandro Jodorowski pues fue en un inicio Moctezuma su productor.


Con una mitología fílmica y un aporte cultural tan extenso, diverso y fascinante, no genera más que repulsión ver una celebración convertida en crepúsculo en la ópera prima de la dupla Vurma-Klein.



Apenas en el primer cuarto de metraje Remedios Varo, interpretada por Cassandra Ciangherotti, avisa a Carrington, "Franco acaba de entrar a Cataluña". La escena se repite a lo largo de la película con distintos personajes que más que sostener conversaciones, contextualizan a la audiencia en voz alta de que estamos en la Francia de Vilchis, que Carrington está por cruzar la frontera de España o que Max Ernst fue recluido en un campo de concentración.


La sobrexplicación no se detiene ahí. Carrington utiliza su tiempo en pantalla para comunicarnos constantemente lo que acaba de suceder, como si la imagen no fuera suficiente o sus guionistas la subestimaran o a nosotros. Carrington camina por la Catedral Metropolitana con Edward James mientras le explica la escena que le precede, el primer acuerdo comercial que cierra en el país para una exposición. 


En Memorias de abajo publicado en 1972, Carrington relata sus experiencias al interior del sanatorio de Santander durante julio de 1943 al término de la guerra civil española. En él puede encontrarse un dibujo del Dr. Morales quien estaba a cargo de ella, un plano del lugar y muchas de las experiencias de alucinaciones y traumas que vivió en el encierro siendo probablemente su época mejor documentada y la mayor influencia en su obra, sin embargo, en la pantalla no hay más que escenas alternadas en donde es electrocutada y se le mira gritando. Uno de los capítulos más importantes y decisivos en su vida no ocupa más de 5 minutos en conjunto.


La comida, de Lord Candlestick, The Lovers, Operación Miércoles, las distracciones de Dagoberto o incluso aquellos primeros lienzos como Green Tea hablan por sí mismos, sus trazos construyen una historia. En Operación Miércoles está parte de la memoria de Tlatelolco y en The Lovers la lucha por la libertad sexual de la mujer. Contraproducentemente, la película omite su obra, está más cerca de verse el trabajo de Varos o de Ernst que el de Carrington quien más allá de sentarse tras un lienzo a pintar jamás se le enfoca. Hay en 103 minutos de repaso biográfico la misma pálida pulsión que la de otros largometrajes nacionales como Los adioses, de Natalia Beristain, que convierten una vida en las letras en apenas unas cuantas palabras suyas regadas y un recital de Sor Juana golpeando las paredes de un aula de la UNAM.


Leonora: Una pragmática y reduccionista monografía


La intención es clara y utilitaria cual monografía de papelería: abarcar su vida en el menor tiempo posible. Como ficción televisiva o, peor aún, producto para el streaming las imágenes se apilan, los escenarios desfilan más no se les permite más de 3 minutos y los actores recitan lo que sucede para que los ojos en la pantalla sean lo menos requerido.


A los directores les basta que los espacios se asomen: el interior de un mercado en la capital mexicana, el castillo de Edward James en Xilitla, los campos de la residencia de Ernst en Francia, el sanatorio de Santander, la Catedral Metropolitana o su mansión en Lancashire. De la misma forma en que basta escuchar Franco, Hitler o Salvador Dalí. Generando el efecto de Midnight in Paris de Woody Allen que a un estadounidenserepublicano y superficial le validaba su vanidad a través de conversaciones con Ernest Hemingway, Henri Matisse o Scott Fitzgerald; la de presenciar una convención de cosplay.


Y como en la obra de Allen que bajo las pieles de la intelectualidad europea del siglo XX yacen los rostros estadounidenses de la maquinaria industrial que se padece, desde Loki como Scott Fitzgerald hasta Modok como Ernest Hemingway, aquí no es difícil ver en la manufactura el mismo trazo con Ciangherrotti o Gerardo Méndez encarnando la contraparte mexicana. Esto revela una comprensión meramente contextual de sus directores, que no dudarían en creerse que Carrington por la época se codeaba con César Costa o Chespirito. Es esto también un aspecto que distancia la Frida, de Julie Taymor, de la de Paul Leduc, quien antes que un Rockefeller puso a Trotsky y a los sandinistas.


En sus últimos minutos un texto en la pantalla condensa el resto de su vida posterior a los años 50´s. Ni una mención de su amistad con Poniatowska, su paso por el teatro con Jodorowskiy Octavio Paz, sus aventuras en el teatro ambulante de marionetas de José Horna, su temporada viviendo con poblaciones indígenas en Chiapas, su obra literaria ni su ya mencionado aporte al cine nacional. En su lugar se prioriza lo ya mostrado, la vida al lado de su marido Chikis y sus dos hijos, cimentando así el ideario moralista de sus directores que miran en la Carrington una madre de familia y ama de casa con mote de artista. Un desangelado retrato con un predecible fin que ejemplifica las flaquezas de nuestro sistema educativo; el ser la tarea de una generación de jóvenes en preparatoria y secundaria que ha reemplazado el texto por el audiovisual bajo la falsa noción que su prepuesto y producción le imprime de incuestionables.



MÁS LEIDAS

Beetlejuice, Beetlejuice y el negocio de la nostalgia

POR ALEX VANSS 06-09-2024 08:32:39

ROBOT SALVAJE: La universalidad de lo no exclusivamente humano

POR FERNANDA LOZADA 21-09-2024 18:24:48

La luz que imaginamos: Un poema con dedicatoria geográfica

POR FER LOZADA 10-04-2025 17:40:53