El conjuro 4, adiós a la relación más larga de amor-odio
POR: DE MONSTERMASH
10-09-2025 00:02:03

Sea del agrado o no del espectador, no se puede negar que la saga de The Conjuring fue un parteaguas para el terror moderno (al menos, las primeras dos dirigidas por James Wan). Salas de cine repletas en cada estreno, gente recomendándolas a diestra y siniestra, personajes que ahora son parte innegable de la cultura pop, etc. etc; y, ahora, todo llegó a su fin tras el estreno de El conjuro: últimos ritos.
Tras años de investigar el fenómeno paranormal –y haber sobrevivido al mal puro en varias ocasiones- los Warren han llegado al ocaso de su vida y, sobre todo, de su carrera. Son pocos los que aún les creen, todavía menos los que asisten a sus conferencias y, aun así, tienen una misión final: salvar a una última familia de una maldad más implacable que las anteriores.
Sí, esta cuarta película como la anterior es extremadamente comercial, con lugares clichés en todo momento, con una trama simplona como aquella que reza que “el poder del amor todo lo puede”, y más, cuando es el amor de la familia. Poca trama, nulo trasfondo y, a pesar de eso, cumple con la función de entretener a los amantes de la franquicia.
Si bien la trama es un refrito tras refrito de todas sus anteriores secuelas, precuelas y spinoffs, esta cuarta y última entrega directa del matrimonio Warren sigue teniendo todo lo que ha mantenido enganchado a su público objetivo. Hay jumpscares, fantasmas, dilemas familiares y un final feliz.Quien asiste a ver cualquier película de esta clase, ciertamente tiene poco que quejarse, pues sabe a lo que va y es lo que Hollywood le entrega.

Lo que más resalta, entonces, no es la trama, sino el amor-odio que se ha generado a lo largo de estos 13 años hacía Vera Farmiga y Patrick Wilson como los Warren, una pareja que en la vida real no fueron más que charlatanes, pero que, en la ficción, generan una química tan maravillosa y natural que uno simple y sencillamente desearía tener una historia de amor como la de ellos (y si incluye fantasmas, mejor).
Así, más que una despedida a la saga, El conjuro 4 sirve como un adiós a este par de magníficos actores, quienes, con su gran trabajo, lograron sostener en sus hombros el peso de una franquicia tanto amada como extremadamente odiada. Por mucho que nos duela y cueste decirlo, gracias por ello.
Y si son devotos de esta franquicia, no se preocupen, recuerden que éste es sólo el final de la primera etapa de The Conjuring, así que habrá sustos simples para mucho rato…
Sea del agrado o no del espectador, no se puede negar que la saga de The Conjuring fue un parteaguas para el terror moderno (al menos, las primeras dos dirigidas por James Wan). Salas de cine repletas en cada estreno, gente recomendándolas a diestra y siniestra, personajes que ahora son parte innegable de la cultura pop, etc. etc; y, ahora, todo llegó a su fin tras el estreno de El conjuro: últimos ritos.
Tras años de investigar el fenómeno paranormal –y haber sobrevivido al mal puro en varias ocasiones- los Warren han llegado al ocaso de su vida y, sobre todo, de su carrera. Son pocos los que aún les creen, todavía menos los que asisten a sus conferencias y, aun así, tienen una misión final: salvar a una última familia de una maldad más implacable que las anteriores.
Sí, esta cuarta película como la anterior es extremadamente comercial, con lugares clichés en todo momento, con una trama simplona como aquella que reza que “el poder del amor todo lo puede”, y más, cuando es el amor de la familia. Poca trama, nulo trasfondo y, a pesar de eso, cumple con la función de entretener a los amantes de la franquicia.
Si bien la trama es un refrito tras refrito de todas sus anteriores secuelas, precuelas y spinoffs, esta cuarta y última entrega directa del matrimonio Warren sigue teniendo todo lo que ha mantenido enganchado a su público objetivo. Hay jumpscares, fantasmas, dilemas familiares y un final feliz.Quien asiste a ver cualquier película de esta clase, ciertamente tiene poco que quejarse, pues sabe a lo que va y es lo que Hollywood le entrega.
Lo que más resalta, entonces, no es la trama, sino el amor-odio que se ha generado a lo largo de estos 13 años hacía Vera Farmiga y Patrick Wilson como los Warren, una pareja que en la vida real no fueron más que charlatanes, pero que, en la ficción, generan una química tan maravillosa y natural que uno simple y sencillamente desearía tener una historia de amor como la de ellos (y si incluye fantasmas, mejor).
Así, más que una despedida a la saga, El conjuro 4 sirve como un adiós a este par de magníficos actores, quienes, con su gran trabajo, lograron sostener en sus hombros el peso de una franquicia tanto amada como extremadamente odiada. Por mucho que nos duela y cueste decirlo, gracias por ello.
Y si son devotos de esta franquicia, no se preocupen, recuerden que éste es sólo el final de la primera etapa de The Conjuring, así que habrá sustos simples para mucho rato…